Ya han pasado más de seis años desde su accidente, pero Luis García recuerda lo recuerda en detalle. Era un día normal de trabajo, y casi a la hora de salir le pidieron que terminara de instalar un techo en un armario. Dado que no había escaleras del tamaño justo, utilizó una más grande, pero como no abría decidió atornillarla a la pared. Al poco de empezar con la labor, los tornillos cedieron y la estructura resbaló hacia el suelo. “Traté de sujetarme del marco de la puerta, pero no lo alcancé y me fui hacia atrás, golpeándome el hombro derecho, espalda y cuello, y el pie se me quedó atrapado entre ambas partes de la escalera”, comenta.
Al escuchar el ruido de la caída, uno de sus compañeros se acercó a retirar la escalera. Estando todavía en el suelo, llamó al 911 para que enviaran una ambulancia, porque la intención de los que estaban en la obra era trasladarlo en carro a un hospital. “Yo ya había visto cómo habían tratado a otros obreros y por eso me negué”, cuenta.
En Emergencias le hicieron una placa del tobillo, dieron calmantes para el dolor y mandaron a casa al día siguiente. Durante la noche su jefe lo llamó para decirle que le pagarían todo, pero la trabajadora social que justo hablaba con él para entender su caso le recomendó buscar un abogado, y eso fue lo que hizo. “Contacté con los abogados de Ginarte e inmediatamente me ayudaron para recibir la compensacion de trabajadores y con las citas médicas, porque seguía con mucho dolor. Resultó ser que me había fracturado el tobillo en siete partes y tenía unas vertebras comprimiéndome los nervios en la espalda y el cuello. Al final necesité tres operaciones”, recuerda.
Hoy en día, a pesar de que las operacione fueron un éxito, Luis padece de dolores, particularmente cuando cambia el clima y tiene dificultad para correr y levantar peso. “Contraten a los abogados de Ginarte, ni lo duden, es por su salud y el bienestar de su familia”, afirma convencido.