Cuenta hasta cinco. Toma solo un instante, ¿verdad? Pues cinco segundos es, en promedio, el tiempo que quitas tus ojos del volante cuando texteas y que puede terminar costándole la vida a ti o a otra persona. Revisar tus mensajes incrementa 23 veces el riesgo de sufrir un accidente, ya que, de acuerdo a los expertos en seguridad vial, involucra distracciones visuales (dejas de ver la carretera), manuales (quitas tus manos del volante) y cognitivas (dejas de enfocar tu atención en conducir).
El peligro también se extiende a las conversaciones teléfonicas, aunque sea usando el manos libres. De acuerdo a un estudio de la Universidad de Utah, tu nivel de atención se reduce y es equivalente a la de un conductor con 0.08% de alcohol en la sangre, es decir, es como si estuvieras bebido, según los límites legales permitidos.
El celular es la principal causa de distracción al volante, pero no la única. Hablar con otros pasajeros, darle un bocado al sándwich o cambiar la emisora de radio también aumentan las posibilidades de accidentes. En 2016, nueve personas murieron al día a causa de conductores distraidos y 1.071 sufrieron algún tipo de lesión, según el Departamento de Transporte.
Si bien, no existe una prohición a nivel nacional, 16 estados (entre ellos Nueva Jersey y Nueva York) no permiten al conductor hablar con el teléfono en la mano, y en todos, excepto Arizona, Montana y Missouri (parcialmente), no se puede enviar de mensajes. Para evitar tragedias innecesarias, lo mejor es apagar los aparatos electrónicos y ponerlos lejos de tu alcance antes de empezar a manejar, usar el cinturón de seguridad y asegurarte de que los demás también lo lleven abrochado, así como ofrecerte a hacer la llamada o enviar el mensaje para que el conductor no se distraiga.
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