Lesiones de la médula espinal se encuentran entre las lesiones personales más traumáticas porque suelen tener repercusiones duraderas y graves. Un reciente estudio realizado por la Escuela de Medicina Johns Hopkins sugiere que este tipo de lesiones son cada vez más común, haciendo hincapié en la necesidad de ser conscientes de las causas y los factores de riesgo potenciales.
El estudio, publicado recientemente en el Journal of Neurotrauma, actualizó las cifras sobre los riesgos de lesiones de la médula espinal. Según dicho estudio, los agentes habían estado utilizando una figura de 40 lesiones traumáticas de la médula espinal (TSCI) por millón de personas al año, que se basaba en cifras de la década de 1990. Después de un análisis de datos más recientes, los investigadores calcularon la incidencia anual del TSCI entre los adultos es ahora de 56,4 millones.
El Instituto Nacional de Salud explica que las lesiones de la médula espinal suelen comenzar con un impacto que fractura o disloca uno de los muchos pequeños huesos (vértebras) que forman la columna vertebral. La mayoría de estas lesiones no rompen los nervios en la médula espinal (aunque eso es posible), pero en su lugar ponen presión sobre ellos o causan desgarros.
Las lesiones de la médula espinal se clasifican como “completa” o “incompleta”. Una lesión completa de la médula espinal es una que interrumpe las señales del cerebro de manera tan significativa que la víctima no puede mover ni sentir nada por debajo del punto de lesión. En otras palabras, la víctima se paraliza. Una lesión medular incompleta puede interrumpir el movimiento o la sensibilidad, pero la víctima mantiene cierto nivel de control por debajo de la lesión.
Lesiones de la médula espinal pueden ocurrir en una variedad de situaciones. Los accidentes de tráfico, según el Centro Nacional de Estadísticas de Médula Espinal (NSCISC), representan el 36.5%, las caídas representan el 28.5%, las lesiones deportivas representan el 9.2%, 14.3% por violencia y otras causas un 11.4%.
El estudio realizado en Johns Hopkins dice que la tasa de lesiones de la médula espinal está aumentando en los estadounidenses mayores de edad. Esto coincide con la creciente tasa de este tipo de lesiones atribuidas a las caídas. Las caídas son un problema relativamente común entre las personas mayores y que puede aumentar el riesgo de una muerte temprana.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) estiman que 1 de cada 3 adultos mayores de 65 años se caen cada año. Estos accidentes son la causa principal de lesiones – tanto mortales como no mortales – en los ancianos.
A pesar de una población que envejece, la NSCISC dice que los adultos jóvenes siguen siendo el grupo con mayor riesgo de lesiones en la médula espinal. Sin embargo, el promedio de edad es cada vez mayor. De 1973 a 1979, el promedio de edad de las víctimas de lesiones de la médula espinal fue de 28,7. La edad media ha aumentado a 42,6. Los hombres representan casi el 81% de este tipo de lesiones.
Investigadores en el estudio realizado en Johns Hopkins dicen que las estrategias de prevención específicas por edad son necesarias. A medida que la edad promedio de las víctimas va en escalada, es aún más evidente que los estadounidenses mayores de edad necesitan ser protegidos de las caídas y sus resultados potencialmente letales, ya sea que vivan de forma independiente, con la familia o en un hogar de ancianos.