“Un gran sacrificio”. Son las tres palabras que le vienen a la mente a José Luis Diaz para describir su vida después del accidente que sufrió en 2015, cuando, mientras trabajaba en un restaurante, una bandeja con unos 30 vasos le cayó sobre el hombro derecho.

El dolor fue inmediato y al notificarlo a su jefe éste le dijo que continuara trabajando, que seguramente se le iría en unos días. Sin embargo, el malestar se fue a más, pero su jefe continuó ignorando sus continuas peticiones de reportar el accidente e, incluso, lo tuvo laborando con una sola mano. José Luis aceptó estas condiciones por unas semanas, porque su familia en El Salvador dependía de ese dinero para subsistir, pero ya llegó un punto en que no pudo más y se fue al hospital. Tras hacerle una radiografía y una tomografía computarizada, los médicos le diagnosticaron lesiones en el manguito rotador y en un tendón del hombro derecho, que solo podían ser reparadas con una operación.

“Volví adonde mi jefe para pedirle que me firmara unos papeles que me dieron en el hospital que confirmaran que yo trabajaba en el restaurante y me dijo que no me podía ayudar. Le expliqué lo mucho que lo necesitaba y me respondió que hacía ya bastante con darme trabajo siendo indocumentado”, recuerda José Luis. “No sabía que hacer, pero, afortunadamente, una compañera de trabajo me recomendó a la firma de abogados Ginarte. Al día siguiente los llamé”.

José Luis terminó necesitando tres operaciones, ya que sus lesiones empeoraron por no recibir tratamiento a tiempo y, al no poder trabajar, tuvo que endeudarse para poder enviar algo de dinero a su familia. “Sufrí mucho, no me quiero ni acordar. Gracias a Dios los abogados Ginarte lucharon por mí y ganaron mi caso. Yo no sabía que aún siendo indocumentado tengo derechos y eso me dio mucho ánimo. Es terrible cómo te sientes cuando te discriminan”, explica.

Actualmente, José Luis se encuentra trabajando de nuevo y puede pagar las deudas contraidas durante el tiempo en que estuvo de baja. “El accidente marcó un antes y un después en mi vida, he tenido que hacer muchos sacrificios, pero gracias a Dios hoy me puedo ganar el pan de cada día y continuar ayudando a mi familia que es lo más importante”, concluye.

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